Logré cruzar la puerta, pero nadie me vio porque me había vuelto invisible. Al otro lado el aire volvió a entrar en mi pecho; ya no me ahogaba. Logré caminar unos pasos lejos de esa puerta, vi mis pies, comencé a hacerme visible. Yo me alejé más, volví a pronunciar la palabra "yo" y después de la o mi boca se estiró para formar de nuevo una sonrisa. Yo no volteé a mirar hacia atrás donde sé que el miedo permanecía agitando los brazos para atraparme y sentí ganas de seguir valiente hacia adelante ¡Sentí! Y no pensé poder salir nunca porque la llave se había vuelto invisible como yo, pero logré cruzar la puerta, respirar, hacerme visible, sonreír y sentir de nuevo; al otro lado.
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