lunes, 16 de marzo de 2020

La espera (domparda)

Acostumbrados a dejarnos gobernar desde su trono con ruedas, es difícil asimilar el proceso de evaporación que vive mi abuela.

Siempre ha sido un rabo de lagartija, inquieta, impetuosa, vivaz, dispuesta a remangarse la vida en cualquier ocasión. Pero su mirada se ha ido adentrando en las sombras desde la muerte del abuelo.

En su ensoñación muda se ha perdido el amarillear de las hojas de la higuera, el tapiz marrón que llegó luego y la primavera de sus nietos.

Tan solo parece esperar la vuelta de mi abuelo para caminar juntos de la mano a la tierra fresca.


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