Prometo renacer entre las ascuas… ¿Qué pasó en todo este tiempo?, me reitero murmurándome a mí mismo mientras me cuelo por las aristas del día. Y se denota el resplandor del atardecer en tus mejillas, sonrojadas por las llamas. Delicados pasos que ofrecen ofrendas, aturdidas huellas que se despegan de los zapatos. Claquean al son de tu cintura, benditas Damas del Fuego que adornan las barracas. Otros desfilen esperan. Hemos tejido el tapiz con pétalos de fuego, con mistura de danzas, carrozas, música y tejidos que suenan y sonidos que se tejen. Nos encontramos en el mañana, intangible mañana que no responde a súplicas de este ahora. Ya no esperan las sombras de la pasión, ni se detienen las guirnaldas de tu belleza imperante, ni el sonido se sostiene en el regazo de los días, la hoguera espera callada… Pero, sí, renaceré, lo prometo.
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