EL CLIENTE:
Ella:
Nunca entenderá como un hombre como él acude a una profesional como ella. Guapo, elegante, inteligente. ¿Qué le falla para no encontrar lo que busca? No quiere nada especial, simplemente algo rápido y silencioso fuera de casa. El cliente perfecto. Apenas habla, saluda, folla, paga y se va. Como ese, todos, piensa, y su profesión sería gloria bendita. Lleva años siendo su cliente y no sabe tan siquiera su nombre. Es especial y le gusta por eso.
Él:
Cuando abre la puerta de su piso tropieza una vez más con la silla. Empuja las ruedas con cariño. "Hola, mi vida, ya estoy en casa".
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