ELLOS SABEN
S. deambula por la casa repasando muebles impecables porque si se
detiene, no podrá seguir apuntalando el dique de su llanto. Como no
quiere llorar, busca algunos billetes y sale dispuesta a comprar
carne picada.
El carnicero la ve llegar y sonríe. El prepara el pedido sin que
ninguno de los dos diga una palabra. El cuchillo de doble hoja
descansa afilado en el mostrador y el sinfín de la picadora está listo
para ocultarlo todo.
El mejor asesino es el que tiene cara de no serlo.
REINA CASALS
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