Mientras dos guardias lo desalojan,
el viejo de traje negro y capa ruinosa
se aferra con resignación a su decrépito ataúd,
-¡hay que ver como está la vida!,
- exclamaba un aldeano con incredulidad,
-que hasta al pobre Drácula lo desahucian.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.