Jamás un cuento. Y mucho menos a medida. ¿ A medida de quién? ¿ Y quién mide a quién? Escríbamos una vida a medias, no inventada, sino la nuestra, que embone el amor propio y recíproco tanto que no queramos marcharnos, pero si en un futuro decidimos por cualquier circunstancia hacerlo y elegir direcciones perpendiculares, estaríamos en nuestro derecho de hacerlo. Por sí adiós, un balancín para dos y que no decaiga el ritmo al compás. Borrón y escritura nueva, libre de escrituras condenatorias y divisorias. Nos vamos enteros porque nadie completa a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.