-Y como sé que esa fórmula va a caer seguro en el examen y yo, con lo despistada que soy, seguro que me dejo la chuleta en casa, he decidido tatuármela.
-Amalia…
-¿Qué?
-Que te la has tatuado en la espalda.
Hubo un silencio incómodo.
-Muy lista no soy, ¿verdad?
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