Amarse a tres metros
Es tan difícil amarse en la distancia que si esos amores sobreviven, como lo hizo el nuestro, llegan a ser los más intensos porque superan y rompen barreras pero, ¿y ahora? Estamos en un bonito ático del centro, una terraza con plantas y mucho sol todo el año; sin ventanas indiscretas que animen a los vecinos a observar nuestra idílica vida...¿Perfecto? no tanto. Ahora tenemos que aprender a amarnos a tres metros de distancia...Lo superaremos.
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