Y de repente, el mundo se vino abajo. Y sin ninguna piedad aniquiló a hombres, mujeres, ancianos, a jóvenes y niños. Sin hacer distinciones de raza, posición, o poder, cayendo sobre sus cabezas como la espada de Damocles. Y la humanidad asustada, quebradiza y apabullada, despertó de golpe de un plácido sueño, para caminar por una realidad distinta a la soñada. Y mientras muchos, completamente paralizados seguían sin entender por qué el mundo se había vuelto oscuro, los jóvenes y los niños, sin dudarlo, devolvieron a la naturaleza aquello de lo que una vez sus mayores, la habían despojado.
jueves, 25 de febrero de 2021
Utopía (S. Duncan)
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