Me preguntaba por qué aquel chico de rizos rebeldes y curiosidad insaciable llevaba siempre consigo su cuaderno. Fue cuestión de días no resistir la intriga, y me autoconvencí para seguirle al acabar la universidad.
Resultó ser un guardián secreto de animales, o así me gusta llamarlo. Se escabullía entre los árboles para alimentar a unos pájaros que se acercaban con confianza, mientras dibujaba en su cuaderno. Al marcharse, lo olvidó. Cuando ya no había posibilidad de ser descubierta, me acerqué. "ÍGOR" fue el nombre que puede leer.
¿Hará tributo al significado de su nombre o ese cuaderno esconde algo más?
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