Solo un instante
La expresión de la farmacéutica al verme. Mis bolsillos, afanosos por encubrir el temblor que revelan mis manos. Soslayos que vaticinan lo peor. Una clienta, solo una…
Sudor, temblores, desesperación contenida, el tiempo que fluye como gotas de clepsidra.
Mi turno. Una instantánea en el cristalino de la dependienta, que observa impotente como se marcha su única opción; la mirada del cordero, que sumiso acepta el destino.
Confusión, voces, forcejeos: un cuerpo que exangüe yace en el piso. Sirenas, disparos, frío, mi maldita adicción...
Otro suceso del que nadie se hará eco en el noticiero: una triste y cotidiana realidad.
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