UNA ASTILLA CLAVADA
Me regalaste tu dulzura, apenas un caramelo con un palito de madera, un Chupa Chups que me entretuvo. Fuiste un tronco apuntalado que se derrumbó. Sin embargo, no hice leña de tu árbol caído. Con tu semblante de roble y los ojos castaños, ahora sin el brillo barniz de antaño, me hiciste una promesa mientras tu nariz crecía, con solo un beso, de pico, cual pájaro carpintero.
Tu corazón de paja se aleja de mi fuego. Te han visto por el astillero con tu barca de pino. ¿Zarparás desde aquel puerto de Palos? ¿Pinocho, todo fue mentira?... Toco madera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.