Juan tenía un paraguas verde. No era un paraguas cualquiera. No lo usaba para la lluvia, ni para el sol. Lo usaba para imaginar mundos mágicos.
Un búho le dijo: "A veces los ojos cuentan lo que la boca calla", una tortuga le enseñó: "Lo importante es no dejar de intentarlo", un zorro susurró: "Las historias viven en ti". En el mundo de los gigantes,uno confesó: "También nosotros sentimos miedo".
Juan en cada aventura aprendió a expresar lo que sentía, a escuchar y a no temer equivocarse. Así, su paraguas no solo lo hacía volar, también lo guiaba por dentro de sí mismo.
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