Tras estar escuchándolo un largo rato, no pudo soportarlo más, y le espetó con el gesto visiblemente contrariado: "Con la respuesta que me has dado lo único que demuestras es que eres una persona engreída y que te dedicas a hacer inoportunos y vanos alardes de erudición."
Y si decir ni una palabra más, se dieron la vuelta y se alejaron espalda contra espalda en la misma dirección.
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