Pero aún sigo aquí, tirado como una cosa. Llevo más de 30 horas y a pesar de estar muerto, sé que en frente está el Palacio Presidencial.
Llevo 50 horas y mi cuerpo destrozado y desnudo sigue siendo ignorado, contrario al momento posterior de haber disparado, toda la atención estuvo sobre mí. Mi cuerpo fue el desahogo de la ira e indignación de todo un pueblo.
Tres días, por fin se desasen de lo que algún día fui, si es que lo fui, ese disparo quizá sea la única prueba de eso. Lamento haber asesinado a Jorge.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.