Lo que quisieron que fueras
Oír a aquel tipo llamarle Manolo le confirmó que nunca podría dejar de ser lo que un día quisieron que fuera: Manolín, hijo… Manu, tronco… ¡Qué jodío, Lolo!... Le asqueaban aquellos diminutivos ridículos. Representaban lo que había tratado de dejar atrás: lo mediocre, lo paleto… a Manolo… Aquel tipo fracasado.
«Llámame Manuel, leches, que no es tan difícil... Don Manuel».
Quién te viera y quién te ve, ¿eh, Manolín? El hijo de la Patro… Yo quería mucho a tu madre… Me cago en… Lolito… ¿Que necesitas trabajo?… Cuéntame, a ver qué podemos hacer… Qué asco de crisis, ¿verdad, Manolo?
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