miércoles, 23 de agosto de 2023

Y ganó ella (Lili)

Pasó meses y meses en su lúgubre cueva sin ser capaz de mover un sólo músculo. Chillaba, muchas veces, pero no se escuchaba nada. Lloraba, sí, pero sus mejillas permanecían secas. ¿La ilusión? Algo ya remoto.

Ese día se levantó. Sé levantó y fue capaz de caminar, y tragar. Caminar hasta la cocina y tragarse veintitrés diazepam.

Así es la depresión. Unas veces te la comes y otras te come. Él no supo gritar con voz. Y ganó ella; y la vida de un chaval se resumió en la fecha y hora de un funeral.

Ya no hubo más. Fin.

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