Le había costado lo suyo tomar la determinación, pero ahí estaba: sintiendo por sí mismo el efecto de la caída libre de los cuerpos. Era increíble cómo una vida cabía en el lapso de siete pisos. En el sexto recordó a sus hijos. En el quinto recordó a Jacinta. En el segundo recordó la notificación del embargo. De golpe, dejó de recordar.
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