María, la interna que está a su cuidado, le pasa el teléfono.
-¿Mamá? ¡Sorpresa! ¡Cristina, la nieta de tu hermana Berta, se casa! En tres meses vamos de boda.
Cuando cuelga el teléfono, ayudada del bastón, sale del que fue su despacho, con sus títulos académicos colgados de las paredes, y le cuenta a María:
-¡Berta, me caso! Dentro de tres días. ¡Qué ilusión! Iré toda de blanco, de raso, y con velo. ¡Y mi querido novio, irá tan guapo! ¿Qué sorpresa de viaje habrá preparado Eduardo? ¿Sabes por qué decimos "luna de miel"?
-No. Dígamelo usted, Carmen, Señoría.
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