AÑO 1975
Un viaje placentero. Se podían abrir las ventanillas de los vagones y tomar aire fresco.
Por cortesía, preguntó a dos señoras que nos acompañaban en el tren.
- ¿Desean tomar algo?
- ¡Oh! ¡Si! Muchas gracias, muy amable. Dos sándwiches de queso. - Contestaron ellas -
- ¿Dos, qué??
- Sándwiches.
Noté la cara perpleja de mi marido, pero tampoco sabía yo que era un sándwich.
A saber qué pediría en la cantina. Estaba ansiosa por ver que traía a las buenas señoras.
Cuándo me fijé en el encargo...Eran dos rebanadas de pan con una loncha de queso en medio.
¡Válgame!
Mari Carmen Olmos
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