SACUDIó SU CABEZA
Sacudió su cabeza, y volaron orejas, ojos, nariz, cejas y labios. Y al llevar las manos a su rostro halló sólo
un huevo blanco. Pensó en dejarlo caer, por si anidara en él otro yo u otro rostro; pero la noche llegaba y traía
cantos, ocres, aromas, curvas alas, fresas frescas de ocaso... Llegaba con sus sentidos perdidos, por el cielo
extraviados. Y con sus dedos limpios de miedo y de desmayo a la noche callada la templó con sus manos. Amorosa la
noche le elevó hasta tan alto, que sacudió de nuevo su cabeza con su pelo estrellado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.