Mientras ellos discutían de nuevo, el niño cogió un cuchillo del cajón de los cubiertos y se lo escondió en el bolsillo. Luego fue a su cuarto y sacó una Barbie y un Darth Vader en miniatura de debajo de la cama. Levantó la colcha, tapó los dos juguetes con ella y dejó fuera sus cabezas, apoyadas en la almohada. De pronto, la madre entró en la habitación, y tras echar un rápido vistazo volvió a salir y dijo: «Menos mal que no se entera de nada». El niño entonces agarró el cuchillo y cortó el cuello a los muñecos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.